Mary Poppins
Ayer soñé con Mary Poppins.
Todo comienza cuando estaba en el balcón durmiendo. El frío se colaba por toda la cama y buscaba la manta para taparme. Al rato, me despierto y compruebo que encima de mi cabeza el cielo estaba encapotado. Muy tranquilo, inclino la cabeza para observar el horizonte. Las nubes eran de color negro, como si un fontanero las hubiera quemado con su soplete. En un abrir y cerrar de ojos, un arco iris invade la noche. Era un arco iris con sus colores muy luminosos, como si los neones de una discoteca anunciasen el fin del mundo. De repente, veo la figura de Mary Poppins que, montada en una bicicleta, pasa por delante del arco iris. Me levanto de la cama con la rapidez de un gato y busco en mi pantalón el móvil para inmortalizar el momento. Quería pillar el instante en el que pasaba Mary Poppins por el arco iris. Cuando cojo el móvil, Mary Poppins estaba fuera del encuadre que buscaba, se había alejado del arco iris. Frustrado grito “Mary Poppins siempre me has importado una mierda”. Al terminar la frase que, toda la ciudad había escuchado, Mary Poppins frena la bicicleta y tuve la sensación que iba a poner rumbo hacía a mí. Me quedé pensando en qué narices iba a suceder. Cuando estaba convencido que iba a girar la bicicleta para darme con el paraguas, observo como mueve la cabeza y sigue su rumbo pedaleando en el silencio de la noche. Al verla marchar, me desperté.
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