Una amiga me dice que, aún, ha visto mi libro en un escaparate
Hoy me lavanté con una molesta inquietud adosada al pecho que me obligaba a suspirar cada poco, un "ruxe, ruxe" que diriamos por aquí que no me dejaba tranquila. Era el mono de escribir, porque ahora el niño, el trabajo, la carrera, la zanf...ona y las emorroides, no me dejan sentarme tranquila a disfrutar ese gran placer. Salí de casa pensando que esta semana sin falta sacaría un rato para ponerme. Vivo en vigo (provincia de pontevedra para los que les pillò la e.s.o) en un barrio de clase media venido a menos desde que el rumano que limpiaba los parabrisas en el semâforo se fue para plaza de españa, un barrio con su parque, sus cafeterias, la droguería de toda la vida, por supuesto un bazar chino y afortunadamente una librerìa. Me detengo como de costumbre a mirar, no sin cierto recelo , los libros que parecen burlarse de las escritoras frustradas, en el escaparate, que si bien no es la casa del libro, tiene una librera que sabe catar un buen ejemplar como un gurmet un solomillo de primera (ahora empiezo a pensar que nos tiene muy engañados jejej). Que creeis que me encontré?. Pues si, ni mas ni menos que el libro de señor Charlie Miralles, mirandome seductor y algo descarado con cara de "puedes hacerlo, es mas debes hacerlo". No tengo el placer de conocer a este escritor en persona, aunque lo he vislumbrado en paños menores en su libro, e compartido alguna charla telefónica y algún correo y me alegra muchas mañanas con su huela pluma y su lengua de portera sin complejos. Así que me he permitido la licencia petica de pensar que es una señal. Empiezo por este post pero amenazo con seguir con una novela, a ver si algùn dìa mi amigo paseando por valencia la ve en el escaparate de la librerìa de su barrio.
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