Me he quedado helado


Estoy triste porque no he sido seleccionado como vendedor de helados.
No hace mucho, hice una entrevista para el departamento de ventas de una multinacional de helados. Durante una hora expliqué mi trayectoria profesional y personal a tres directivos de la multinacional. La directora de recursos humanos era una brasileña, simpática, morena y muy atractiva que vino desde Barcelona para realizar la entrevista. Nada más verme, me dio dos besos y, con mucha familiaridad, me alentó a estar tranquilo durante la entrevista. A finalizar la reunión me despedí, estrechando la mano, de los directivos y con dos besos de la brasileña. 
- Miralles, te llamo a finales de esta semana para decirte algo.- me dijo la brasileña mientras me acompañaba a la puerta.
Creía que tenía muchas posibilidades para que me llamaran e intente pasar la segunda prueba. Había oído que la prueba consiste en meter al candidato en una habitación con tres mujeres que quitan el hipo: una morenaza en ligueros y con zapatos de tacón, una pelirroja vestida de enfermera y una rubia de ojos azules en tanga. Durante una hora las tres modelos intentarán que el candidato pierda la serenidad, se ponga pinocho y diga “Sí” a frases como:
- Quieres que te unte helado de chocolate por mi cuerpo y me lo comes todo (frase de la rubia)
- Dime dónde te unto nata y te lo como todo (frase de la morena)
- Quieres que nos untemos el cuerpo de helado y te comemos (frase de la pelirroja).
Se intenta que, con esta prueba, el candidato odie el helado y así evitar que meta el dedo en las tarrinas mientras esté en la empresa. Es parecido (eso se dice) cuando empiezas a trabajar en una pastelería. El dueño te deja comer pasteles hasta que les coges odio.
Lo que desconozco por qué te meten con tres mujeres como un queso en una habitación. Quizás es un entrenamiento para evitar malos rollos con el cliente final.



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